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jueves, 20 de enero de 2011

El Madrid impone la ley del silencio


LOS BLANCOS TAMBIÉN GANARON EN EL MANZANARES Y ESTARÁN EN SEMIFINALES

  • Un minuto acabó con lo poco que le quedó al Atleti después del Bernabéu. Perdió a Reyes y Cristiano marcó · Derbi feo y con entradas con mala fe

Se llevó el dedo índice a la boca después de fusilar a De Gea. Es lo que hizo Cristiano Ronaldo en el Calderón y la imagen valió más que mil palabras. Fue la representación de un mal partido de fútbol en el que sobresalió el de siempre y Marcelo, incontrolable jugando de extremo. Cristiano mandó callar al Atlético de Madrid y los rojiblancos obedecieron. El Atleti acabó como siempre que se cruza con su vecino. Los rojiblancos le ven pasar por la calle y les aterroriza saludarle. Lo llaman pánico a lo conocido. El derbi ya estaba escrito.

La grada le pidió testosterona a su equipo y ni eso tuvo el Atlético. El Madrid cocinó con los huevos rojiblancos y controló un partido que comenzó a ganarlo en el Bernabéu con el beneplácito de Domínguez y Filipe y con la lesión del Kun. Lo poco que quedó del Atleti para la vuelta se acabó con la lesión de Reyes, cazado por Arbeloa poco antes del gol de Ronaldo. Fue todo en un minuto, mortal para un Atlético herido que no hizo lo que se le pedía. La sangre no corrió por las venas de los futbolistas colchoneros.
El inicio caliente que se esperaba fue una farsa. Era un partido de fútbol, pero no lo pareció. El Atlético confundió la velocidad con el tocino, la intensidad con el dar patadas. También las dio el Madrid en la figura de Arbeloa, que comenzó revolucionado una batalla campal en la que podría haber desaparecido el balón. Alguno no se hubiese dado cuenta hasta el minuto 23. Con Reyes cojeando, el Real Madrid agarró el cuero y no lo soltó. Acabó entre las redes y de la pelotita salía humo.
Circularon los blancos con cabeza ganando metros. Xabi Alonso abrió al costado y Ramos la colgó al corazón del área, por donde apareció el insaciable Cristiano Ronaldo, que destrozó la portería con la derecha. En esa jugada también participó Marcelo, que jugó de extremo y todo lo hizo bien. Su transcendencia en el partido fue descomunal. Los rojiblancos sólo le vieron pasar con el cuero cosido al pie izquierdo.
El Madrid salió a cazar sin perro, pero en el campo estaba la bestia que lleva el 7. El Atlético, con el marcador cambiando de dígito visitante, despidió a Reyes, con heridas de guerra y entró Diego Costa, que no fue el peor ni mucho menos. En el terreno de juego estaba Fran Mérida, que se convirtió en un tractor, y Elías, que hizo más en contra del Madrid con la bufanda con la que posó el día de su presentación que en los 90 minutos de este jueves. El Atleti recibió el gol y los rojiblancos pensaron en tomarse la justicia por su mano. Buscaron los tobillos enemigos en una muestra de apoyo a Reyes y Juanfran lo consiguió lesionando a Khedira en el tramo final. El Real Madrid mantuvo el tipo. Fue suficiente. La situación estaba bajo control.
Presunción de inocencia 
Tras el descanso, el Atlético salió con fuego en los ojos, pero fueron fuegos de artificio. Finalizó cuatro jugadas y todo se acabó. Fue una alucinación. El Real Madrid se agarró al balón y amansó a las fieras rojiblancas, que realmente eran corderos.
Fueron pasando los minutos y el Calderón se resignó a su suerte. Lo mismo le pasó a Benzema, el presunto 9 del Madrid, que no salió de un banquillo en el que manda Mourinho, portugués al que han cogido 'cariño' en la Ribera del Manzanares. El Real Madrid impuso la ley del silencio y los tambores de los indios no se escucharon.

Fuente: Marca.com

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