El viejo Madrid resiste

ESPANYOL 0-1 REAL MADRID


El Real Madrid recurrió a su más distintiva seña de identidad para sacar adelante un partido que pudo enterrarlo y que, contra lo que se intuía, le coloca de nuevo en la lucha por la Liga. Jugando con 10 desde el minuto 2, ante un rival crecido y en una atmósfera caliente, los blancos sacaron adelante el partido a base de organización, solidaridad y esfuerzo colectivo. De espíritu, en suma. También hubo talento, el que puso Marcelo para hacer el único gol de la noche -pico de su partidazo- y vibración hasta el final de un partido que el Espanyol nunca entregó. Porque el Madrid volvió a salir de un partido sin cerrar la puerta. Un hábito peligroso.

Pasan los años, los entrenadores y los presidentes. Pasan los jugadores -Marcelo, llegado al club en 2007, fue el capitán tras la expulsión de Casillas-, y el Madrid, a pesar del trasiego, conserva la parte esencial de su espíritu. Es un equipo que no se rinde. Lleva ya un buen tiempo dándose de cabezazos contra la pared de la superioridad del Barça. Y así será una temporada más, según parece.

Tras el tropiezo azulgrana, el Madrid tenía que ganar para seguir soñando. Y lo hizo, pese a la rigurosa expulsión de Casillas en el minuto 2, que le costó el puesto a Di María. Mourinho se quedó sin su tridente favorito, pero encontró una mina en Marcelo, que volvió a estar iluminado. Fue un puñal por banda izquierda, gracias a su peculiar alianza con el balón, que siempre hace lo que el brasileño espera y jamás lo que anticipan sus rivales.

Aparte de la victoria, la noche dejó más buenas noticias para el Madrid. Adán ocupó el lugar de Casillas. No sólo no se notó, sino que, además, el joven guardameta mostró que tiene su propio DNI. Se sacudió los nervios con un par de guantazos y a partir de ahí fue creciendo. Aunque el Espanyol no le exigió demasiado, estuvo sobrio y valiente, además de eficaz para atajar una vaselina de Verdú que buscaba la escuadra en los instantes finales.

Volvió Pepe, y ésa fue otro acontecimiento feliz para los blancos. Seguro que Mou lo celebra, y con razón. El central se mostró rápido y expeditivo, y formó con Carvalho el eje que sostuvo el Madrid. En la segunda mitad, con el apoyo inestimable de Xabi Alonso, que se tuvo que remangar su buena media hora, cuando más apretó el Espanyol.

Porque al Madrid se le pudo ir el partido, que igualmente pudo derivar en una goleada de los blancos, que volvieron a perdonar incontables ocasiones. Seguro que Emmanuel Adebayor tardará unos días en olvidar a Kameni. El meta se columpió en el gol de Marcelo -intentó tapar el segundo palo y dejó franco el primero, por donde entró el balón-, pero se rehabilitó ante el togolés, al que se vio corto de oxígeno, pero sobrado de filo.

Pudo cerrar el partido el ex del Arsenal, o Ronaldo, que volvió a firmar una impecable exhibición atlética, pero igualmente ganó el Madrid. Un triunfo que le condena a seguir ganando. Una situación en la que este equipo siempre se siente cómodo.

Fuente: Marca.com